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El Pueblo Lenca de Río Blanco merece obtener justicia en el caso Allan García.

El próximo lunes 17 de octubre inicia juicio oral y público contra Kevin Saravia, ex suboficial del Batallón de Ingenieros por la tentativa de homicidio en perjuicio de nuestro compañero y líder indígena Allan García.

Los antecedentes.

La comunidad lenca de Río Blanco se oponía al proyecto Agua Zarca gestionado por la empresa DESA de la familia Atala Zablah y ejecutado por la compañía contratista china Sinohydro.

Este proyecto se realizaría sobre territorio ancestral lenca y contra el la comunidad de Río Blanco vendría realizando acciones pacíficas y manifestaciones, por la defensa del territorio, los bienes comunes y las formas de vida tradicionales.

El COPINH junto a Berta Cáceres denunciaron que la comunidad nunca fue consultada sobre este proyecto tal y como exige el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que Honduras ratificó en 1995, en cuyo contexto de oposición al mismo habrían tenido lugar hechos de violencia y amenazas contra la vida de líderes y lideresas de la comunidad, así como la detención de miembros de COPINH.


El asesinato de nuestro compañero Tomás García.

El lunes 15 de julio del 2013, mientras la comunidad lenca de Río Blanco mantenía una protesta pacífica contra la construcción del proyecto Agua Zarca. Los planteles de la empresa DESA se mantenían bajo resguardo de las Fuerzas Armadas de Honduras, quienes protegían los intereses de la empresa de la familia Atala Zablah.

El suboficial Kevin Saravia disparó indiscriminadamente a los manifestantes, asesinando a nuestro compañero y líder indígena Tomás García. En estos mismos hechos el suboficial disparó su arma atentando contra la vida de Allan García, miembro de la comunidad indígena de Río Blanco e hijo de Tomás García.

Estos eventos fueron sujetos de un juicio desarrollado a  finales de 2015, en el cual el Tribunal de sentencia de Siguatepeque, declaró culpable al Sub oficialdel Batallón de Ingenieros,Kevin Yasser Saravia, por el asesinato del líder indígena lenca Tomás García Domínguez, sin embargo fue absuelto por la tentativa de homicidio en contra de Allan García.

Declaraciones de Berta Cáceres sobre el juicio contra el militar que asesino a nuestro compañero Tomas García, líder indígena lenca de Río Blanco.

El intento de homicidio en contra de Allan García.

El 15 de julio de 2013, Kevin Saravia, un militar de las Fuerzas Armadas de Honduras que resguardaba los intereses de la empresa de la familia Atala Zablah, disparó su arma de fuego contra miembros del pueblo Lenca cuando se encontraban realizando manifestaciones contra la ejecución de un proyecto hidroeléctrico en su territorio ancestral.

Esto resultó en la muerte de Tomás García y dejaría fuertes lesiones a su hijo Allan García, quien recibió impactos de bala en el tórax y se encontraría al borde de la muerte.

Fotografías hechas por Victor Galeano

El 11 de diciembre del 2015 el Tribunal de Sentencia declaró y condenó al suboficial del Batallón de Ingenieros, Kevin Yasser Saravia, por homicidio simple contra Tomás García.
Sin embargo, el militar también intentó quitarle la vida a Allan García, por este hecho el tribunal absolvió al militar alegando que solo fueron “faltas”y que “no era su intención matarlo”, dándole una pena de 30 a 90 días de prisión.

Gracias a un recurso de casación interpuesto por el equipo legal que representa el COPINH, se logró que la corte suprema de justicia determinara que se debe rehacer el juicio por tentativa de homicidio en contra de Allan García.

Asimismo, el COPINH recuerda que el Estado debe garantizar que los pueblos indígenas sean consultados de modo previo, libre e informado sobre los temas susceptibles de afectarlos.

El COPINH reitera además que los actos de violencia y otros ataques contra los defensores de sus territorios ancestrales, tal como es el caso de nuestro compañero Tomás García y Allan, no solamente violan sus garantías individuales en tanto personas, sino también atentan contra el rol fundamental que cumplen en la sociedad las Fuerzas Armadas de Honduras, generando situaciones de abandono y vulnerabilidad para todas las personas que se benefician de sus labores.